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NOA: un 8 de enero diferente

Datos inciertos afirman que Gil nació en el departamento correntino de Mercedes (antes denominado Pay Ubre), en cuyo cementerio se encuentra su cuerpo.

La mayor repercusión pública la tuvo entre los añosde 1840 y 1860, época de caudillos y montoneras, cuando, después de la caída de Rosas, los federales litoraleños se dividieron en Rojos (tradicionales de la divisa punzó o autonomistas) y Celestes (liberales). Gil era "colorado" lo que claramente explica la proliferación del color rojo en los santuarios. Su vida está envuelta en mil enredos: fue peón explotado que se volvió matrero, luego fue soldado en la guerra del Paraguay, reclutado a la fuerza por los "celestes" del bando contrario al suyo. Pero desertó y por ello fue perseguido y ejecutado un 8 de enero de 1878.

Todo empezó cuando Gil tuvo amoríos una rica estanciera, Estrella Díaz de Miraflores, según relatos de su hija doña Anabel Miraflores. Pero la rica estanciera, a la vez era pretendida por el comisario del pago. Esta situación, más el odio que le tenían los hermanos de la estanciera, hizo que el Curuzú huyera de Pay Ubre y se fuera a alistarse en la Guerra del Paraguay con la mala fortuna de que le reclutaron a la fuerza los celestes del General Madariaga y del coronel Juan de la Cruz Salazar, como era constumbre en esos años, circunstancia política bien descrita por José Hernández en su libro "El gaucho Martín Fierro".

Aprovechando un descuido, Gil se dio a la fuga con el mestizo Ramiro Pardo y el criollo Francisco Gonçalvez; compañeros a los que el derrotero convirtió en cuatreros famosos. Pero depués de robar a los ricos y dárselo a los pobres cuanto pudieron, sus andazas llegaron a su fin: sus compinches fueron muertos a tiros de trabuco y el gaucho fue detenido y llevado a Goya. En el camino, fue colgado cabeza abajo desde un algarrobo (en camino a Goya, a unos 8 kilómetros de Mercedes) y degollado.

La razón por la que fue colgado de esa forma también combina la creencia popular con el sentido común o la razón: era para evitar los supuestos poderes hipnóticos que tenía y para que no influyera el payé de San la Muerte que tenía colgado al cuello.

Su primer acto milagroso, dice también la tradición oral, sucedió momentos antes de su muerte. Gil dijo a su futuro verdugo que una vez que le diera muerte, iba a ir a su casa y encontraría a su hijo muy enfermo, pero que si lo invocaba, sanaría.
Una vez decapitado, el comandante llevó la cabeza en sus alforjas a Goya, y el verdugo no dejó el cuerpo a las alimañas, dándole sepultura. Este mismo sargento-verdugo al llegar a su casa vió que sucedía lo que dijo el gauchito, entonces, volvió al lugar de la ejecución y puso una cruz.Al poco tiempo la gente comenzó a visitar el algarrobo y la tumba, dejando ex-votos y velas encendidas.

Los dueños del campo, de apellido Speroni, al ver el peligro que significaban las velas encendidas en el campo, hicieron trasladar la tumba al cementerio de Mercedes.
Al poco tiempo Speroni cayó gravemente enfermo con un mal que degeneró en locura, los médicos lo desahuciaron y él, en un momento de lucidez, prometió que si el gauchito lo sacaba de la cruel y desconocida enfermedad, le haría un monumento fúnebre.

Dice la gente que al momento curó y Speroni edificó un pequeño santuario de piedra que aún hoy existe. De allí en más fueron varios los milagros (no aceptados oficialmente por la Iglesia Católica) del gaucho y su culto se expandió por gran parte del territorio argentino.

Cualquier momento es bueno para visitar al Gauchito, la cumbre de cuya devoción se alcanza el 8 de enero, cuando la ciudad de Mercedes recibe a más de 100.000 personas que marchan al santuario, erigido a 8 kilómetros del centro urbano, con la fuerza de los años y la gracia del chamamé.

Los fieles encienden velas y tocan la tumba antes de tomar asiento en largos bancos de madera que dan al tinglado un aire de iglesia rural.En la zona donde hay cardones ,es común ver hogueras encendidas con su madera (aunque no estoy segura que sea madera, se la usa como tal y con excelentes resultados para construir viviendas, mobiliarios y por supuesto souvenires).

Al detenernos a mirar las ceremonias, vemos que cada cual sigue sus oraciones particulares como le viene en gana. Rezan, piden, lloran, ríen. Es común también ver músicos que, tanto con instrumentos regionales como con poderosos equipos electrónicos, regalen canciones al santo de sus amores, así como largas parrillas con carne para todos los fieles, cada uno aporta comida, bebidas u ofrendas de variados tipos, siguiendo las viejas tradiciones kollas de que no existe "propiedad privada".No me atreví a interrumpir ninguna ceremonia, aunque más de uno había venido en camioneta 4 x 4, porque, a pesar del clima festivo, un aire de respeto y devoción era palpable en cada santuario. Incluso en el que está al lado del puesto de Gendarmería, donde los gendarmes nos revisaron hasta las muelas, los mismos miraban con buenos ojos los festejos de la muchedumbre que había construido un santuario mucho mayor que el de la foto.

A pesar de haber visto decenas santuarios por media Argentina, el espectáculo del 8 de enero será difícil se borre de mi memoria...

"No hay región sin santo, ni santo sin creyentes".



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