Dedicado a malambo
Dicen que, antaño, el juego de los abalorios comenzó como un método de notación musical contrapuntística y podía expresar con signos, cuentas de colores y abreviaturas especiales procesos, relatos o teoremas matemáticos. La consideración analítica de las obras musicales llevaba a la posibilidad de encerrar sus secuencias en fórmulas lógicas y científicas.
Cuentan que el juego fué aceptado por casi todas las ciencias, y hasta en la filología clásica o en la filosofía pudo aplicarse el juego. En las artes plásticas nuevas relaciones, analogías y correspondencias fueron fraguándose. Figuras arquitectónicas, posiciones astronómicas o apasionados poemas podían expresarse con aquel sistema de cuentas.
Se ansiaba, dicen, un nuevo alfabeto, un nuevo lenguaje de símbolos. Podía jugarse en solitario o en grupo y de ahí su caracter festivo. Los Ludi Magister componían su pieza anual. Un axioma de la geometría no euclidiana, la 2ª ley de la termodinamica o el teorema de Gödel podían tener sus concomitancias, a traves del lenguaje gráfico del juego, con una fuga de Bach, un hexagrama del i ching, una carta del tarot..."
(Pero es imposible hacer una descripción: como el autor lo dice, el juego no existe, es imposible.)
Para leer más
URL de trackback de esta historia http://comentaristasdispersas.blogalia.com//trackbacks/36121