Y ¡faltaba un sello!
Si, la foto la tomé desde la bolsa, que deposité en el escritorio de la persona que fue a buscar el sello.
Me dio tiempo a aburrirme, a poner la Biblia en verso y a disparar la cámara hacia los muchos sellos, menos el que no estaba.
"Vuelva usted mañana" me dijo, muy seria, la persona.
¡Ay don Mariano J. de Larra, qué material habría tenido de vivir en esta época donde si no se cae el sistema, los sellos, expedientes o facturas desaparecen para reaparecer como exigencias de papeleo sofocante!
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