Foto de Voodoo Zebra en flickr
Traducción por Anónima de la "Guía del autoestopista galáctico. Una trilogía en cuatro partes" de Douglas Adam.
Por cierto que esta si que parece una novela altamente recomendable, sobre todo para reirse. Digo "parece" porque todavía no la he acabado pero empieza francamente bien.
Ahí va la cita del día:
“Buenos días” dijo Pensamiento Profundo al fin.
“Ejem... Buenos días O Pensamiento Profundo” dijo Loonquawl nerviosamente “tiene... esto, ...”
“¿Una respuesta para vosotros?” interrumpió majestuosamente Pensamiento Profundo “Si. La tengo”
[...]
“La respuesta a la Gran Pregunta...”
“¡Si...!”
“de la vida, el Universo y Todas las Cosas...” dijo Pensamiento Profundo
“¡Si...!
“Es...” dijo Pensamiento Profundo y se interrumpió.
“¡Si...!
“Es...”
“Cuarenta y dos”
Pasó mucho tiempo antes de que nadie hablara.
[...]
“¡Cuarenta y dos!” gritó Loonquawl. “¿Eso es todo lo que puedes decir después de siete y medio millones de años de trabajo?
“Lo he comprobado a fondo” dijo el ordenador “ y es definitivamente la respuesta. Pienso que el problema, siendo sincero, es que realmente nunca habéis sabido cual es la pregunta”.
Aunque ya no tenga nada que ver con el día de hoy, también me ha gustado la introducción, así que dejo aquí un trocito para compartir:
Lejos, tan a trasmano que no hay ni mapas, en la poco elegante punta del brazo espiral oeste de la Galaxia, hay un pequeño e ignorado sol amarillo.
En órbita a su alrededor a una distancia aproximada de noventa y dos millones de millas hay un pequeño e insignificante planeta azul-verde cuyas formas de vida descendientes de los monos son tan alucinantemente primitivas que todavía piensan que los relojes digitales son una idea estupenda.
Este planeta tiene – o mejor dicho tenía- un problema, a saber: la mayor parte de la gente que vivían allí se sentía triste la mayor parte del tiempo. Se sugirieron muchas soluciones a este problema, pero la mayoría se preocupaban mayormente por los movimientos de pequeños trozos de papel verde, lo que es raro porque en general no eran los pequeños trozos de papel verde los que se sentían desgraciados.
Así que el problema no se solucionó; muchas personas eran malas/tacañas (*mean) y la mayoría eran desgraciadas/despreciables (*miserable) incluso las que tenían relojes digitales.
Muchos estaban cada vez más convencidos de que cometieron un gran error al bajarse de los árboles en primer lugar. Y algunos dijeron incluso que hasta los árboles fueron una mal elección y que nadie debería haber abandonado nunca los océanos.
* N. de la T.: en inglés la misma palabra tiene los dos significados así que dejo los dos para que el lector pueda elegir
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