"Un maestro...nunca sabrá donde termina su influencia (Henry Adams)"
¿Qué recuerdo, entre otras muchas cosas?
Esta canción-juego-regla mnemotécnica, que, acompañada por el viejo piano vertical, nos presentaban en el pizarrón, ilustrada con grandes láminas para cada letra - escritas en mayúscula y minúscula - y en pequeñas fichas cuadradas pegadas sobre cartón.
Curioso: no recuerdo si contábamos la ñ (que figura en "uña") o está entre las que mi memoria me niega.
(la w no existe, al menos en aquél "argentino" que hablábamos)
Todos tenemos nuestro mejor - peor - dudoso - recuerdo.
Ese que queremos contar a los nietos, aquél que nos dio tanta vergüenza, este que estaba en un cajón real y con algún grado de deterioro por los años transcurridos...
¡Y `ese´; recuerdo, ese, si, el que estáis pensando, que nos hace sonreír,que podremos contar tal como fue, como lo recordamos o con algo de sal y pimienta!
(También podéis decirnos si era esta cancioncilla la que nos llevaba a memorizar como un juego el alfabeto, o aprendíais de otra manera).
Aurora comienza con A,
la B sirve para Burro,
con C digo Carolina,
y con D comienza Dar.
Con E escribí Escritor,
con F ni Fu ni Fa,
con G dibujé Gorrión,
y la H escribe Hilar.
Un punto tiene la I,
la J baila bajito,
la K sirve para Kilo,
y la L es la Lombriz.
La M dice MaMá,
la N dice NeNito,
la O es un OsO grande,
y con P comienza Pan.
Con Q Queso escribirán,
la R Ríe solita,
la S es una serpiente,
con T escribes Tomás.
La U una uña es,
la V nos dice Valiente,
la X dos palos son,
la Y arbolito fue.
La Z de Zapatón,
completa este abecedario,
que con el estudio diario,
me lo tuve que aprender.
Linda (por no decir bonita) cancioncilla, que no conocía, ya que no hice las primeras letras en el colegio.
Por motivos de salud, fuí al cole un poco tarde, a los 9 años, para hacer el ingreso en el Bachillerato, cuando empezaban los estudios oficiales. Hasta entonces, había tenido una profesora que venía a mi casa de vez en cuando, por lo que en ese primer curso en el colegio me resultó difícil la adaptación a un régimen totalmente distinto. Además, pronto fuí catalogada como "empollona", sin conocer aún la forma de hacérmelo perdonar.
Afortunadamente, superé esa época y el resto del tiempo que pasé allí lo recuerdo como unos de los mejores años de mi vida. Por mi relación con las compañeras(con las que conservo aún amistad cercana) por las profesoras que me ayudaron mucho en una adolescencia difícil, y porque, para mí, los libros y estudiar eran un gozo más que una obligación.
Esas primeras letras, según me contaron mis padres, las aprendí casi sola a los 4 años, con un rompecabezas de letras y las "prácticas" que hacía conmigo una vecina estudiante de maestra. Así que no hubo canciones ni libros de a, e, i, o, u. Sólo algún cuento "de antes de la guerra" y los titulares del periódico.(!)
(Estoy dando una imagen de "repelente niño Vicente" como para salir corriendo, pero es la verdad y como tal os la cuento)
Senior citizen: entre una cosa y otra miro la PC como terapia (¡ah, los amigos virtuales...!) y me sonrío con lo de "empollona": colijo que es un apodo peyorativo con que nos clasifican
La DRAE dice:
empollón, na.
1. adj. despect. Dicho de un estudiante: Que prepara mucho sus lecciones, y se distingue más por la aplicación que por el talento. U. m. c. s.
Hum, otra vez confundiendo términos...talento no te ha de haber faltado, quizá adaptarte al "sistema".
Hace unos años se puso de moda una canción del grupo "Los twist" titulada "El Estudiante".
http://www.youtube.com/watch?v=Vb3tn026_4I
...también yo leía a los cuatro años, lo que me valió aburrirme en "Primer Grado Inferior" y tuve que repetir. Reconozco mi inconducta, y en mi defensa digo que no atendía al pizarrón ...porque mi miopía era desconocida. Al año siguiente y con gruesísimos cristales, sí que era repelente...(¡ay, no tener una fotooo!)
Quiero creer ( y, por lo general, es así) que empollón,na se dice de alguien que saca buenas notas, sin entrar en si es por talento o por estudio.
Después, seguí teniendo buenas notas, pero ya había aprendido a hacérmelo perdonar, faltando a clase si las demás faltaban, o no presentándome a un examen, aunque lo tuviera preparado, si se acordaba hacer eso. Para mí era mucho más importante el cariño y la aceptación de mis compañeras que la Matrícula de Honor de final de curso.
Senior citizen: entiendo perfectamente y siento, igual que hoy, la necesidad del cariño de mis pares y la aceptación de su parte: pero ¡ay, siempre hay un pero!...
En el Colegio había una marcada división entre las que estaban internadas y las que venían e iban de regreso a sus casas todos los días.
Las internas creíamos que las externas eran felices al salir del Colegio, porque hacían lo que ellas querían, sin rendir cuentas, sin horarios, con todas las libertades...y las externas nos miraban con recelo, porque asociaban la mayor permanencia en el Instituto con mayor proximidad a las autoridades, lo que nos daría la oportunidad de conseguir lugares de honor que ellas no lograrían por más que se esforzaran.
Ahora, en la distancia, veo que algo más había que no vi o quizá no quise ver: jovencitas enviadas al Internado sin vocación alguna, sólo porque "queda bien" tener una hija Monja o un hijo Cura, o ambas cosas.
Estas muchachas, amargadas por el destino que les habían impuesto, no siempre supieron rebelarse a tiempo y tomaron los votos, descargando sus frustraciones más de una vez en las aulas.
Pero otras sí se rebelaron y escaparon o hicieron tales berrinches que consiguieron ser despedidas por mala conducta.
Las encontré a varias de ellas (el mundo es un pañuelo...) años más tarde.
Podría decir que llevábamos la "letra escarlata" en la frente y era visible sólo para nosotras: a veces ni siquiera habíamos cambiado dos palabras en el Internado, o una recién entraba y la otra egresaba...pero nada más mencionar dónde estuvimos generaba (y generará, sin duda) un vínculo fortísimo que se mantiene con las pocas que nos reencontramos.
Casi una cofradía.(Si alguien que lee este comment estuvo pupila ya sabrá de qué hablo).
Curioso, lo que no encontramos dentro, lo encontramos fuera, y muchos años después.
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Anónima ,El Rodríguez: cometí el error de dejar pública esta foto en flickr y me han comentado muchas cosas hermosas...
¿se las puede traer aquí de alguna manera?
Gracias desde ya
:)
En mi colegio no había internado, todas éramos externas, aunque pasábamos allí muchas horas: desde las 9 de la mañana hasta las 7,30 de la tarde, con un breve descanso a medio día para ir a nuestras casas a almorzar, ya que tampoco había servicio de comedor.
Era un colegio avanzado y progre (dentro de lo que cabía en la época), con profesoras que no vestían hábito y en el que nunca vi ninguno de esos horrores que luego han contado de los colegios religiosos de la posguerra.
Del colegio recuerdo los amigos pérdidos y aquellos a los que todavía veo en la vida real (tm). Los primeros amores (donde donde andaran, cantado con voz desgarrada de Chavela Vargas) y aquel montón de piedras escondidio más allá del campo de deportes donde se podía uno citar. Algunos profesores estupendos con los que aprendí muchísimo y otros muy malos de los que nos reíamos sin piedad. La división del mundo en gente que lee con la cual se pueden intercambiar libros y gente que, sorprendentemente, no lee y no le interesan los libros. Las grandes discusiones filosóficas (¿se piensa con palabras o con imágenes? o dicho de otra manera ¿es necesario el lenguaje para pensar?, recreos enteros de apasionadas argumentaciones en pro y en contra). Los debates políticos. La capacidad de soñar despierta que luego he ido controlando con los años, pero que entonces me causaba problemas a veces porque me quedaba como ausente.
Las partidas de mus, las horas libres ayudando a la bibliotecaria para poder "robarle" más libros que leer durante esa semana...
Y ya puestos, mi primer recuerdo: un dibujo colectivo muy grande en jardin de infancia, y el disgusto que me llevé porque al ir a darle un retoque final al sol lo emborroné un poco y los demás del grupo se enfadaron. Todavía está por ahí en alguna caja de mudanza ese dibujo...
Definitivamente una buen época.
Nfer Los comentarios de flickr no se pueden traer acá pero se pueden leer allá pinchando en la foto. Es verdad que son comentarios hermosos :-)
¡Ay, Anónima, que envidia me das! Debates filosóficos a la hora del recreo... Nosotras jugábamos a la "balde" o corríamos como locas para entrar en calor, pues aquel colegio, a pesar de ser "de pago", no tenía calefacción. Y en un edificio antiguo, de altos techos, con los inviernos de entonces en mi tierra, la temperatura de las clases no creo que superara mucho el nivel de congelación. Malos tiempos para la filosofía...
En cuanto a los sueños, nuestro mayor objetivo estaba en el cuartel de aviación de enfrente, con sus uniformes azules mirando a nuestros balcones.
A mi también me dan mucha nostalgia retrospectiva, que debe venir a ser envidia del pasado, aquellas apasionadas discusiones filosóficas de los recreos. Tanta que llevo un tiempo llmando a los amigos de entonces para reeditarlas. Nosotros los de entonces ya no somos los mismos pero con algunos si que hemos recaído en charlas de horas arreglando el mundo o discutiendo de libros.
El profe de filosofía de Terminale, el último curso antes de la universidad (17/18 años) caía de lleno en el saco de los profes malos de los que nos reíamos sin piedad. Una de las veces que más me indignó fue cuando dijo que mi amiga Hélène que se iba a estudiar a Francia sufriría por el exilio geográfico pero que yo sufiriría por el exilio intelectual en la universidad española porque no encontraría con quien hablar. No fue tal exilio, pero si que es cierto que, estadísticamente, resultaba más díficil encontrar gente de la que leía y con la que se pudiera discutir de filosofía, política o lo que fuera, fuera de los antiguos compañeros del cole. Pero ahora con internet otra vez es más fácil encontrar personas dispersas con las que filosofar o lo que caiga :-)
Y ya que estoy, y aunque no es un recuerdo estrictamente escolar, esto me recuerda también a cuando estuve en Paris hace año y pico, que recogí del parabrisas de un coche en el barrio latino un pasquín que invitaba a tertulias de discusiones filosóficas en un bar organizadas por una asoicación de estudiantes. Tenía la idea de hacer un post que nunca hice sobre diferencia educativo-culturales. En Madrid nunca he visto pasquines así en los parabrisas de los coches de los barrios de copas estudiantiles...
"En mi colegio no había internado,//Para mí, repito, fue una buena época."
Siento el deber de aclarar un punto muy importante:
Entre la generación de mi madre y la mía hubo un retroceso en la educación argentina, me atrevo a decir que tanto la "pública, gratuita y obligatoria", como la privada.
Mis padres me enviaron sin dudar a ese Internado, pues mi madre había estado en otro de la misma Congregación, pero en otro tiempo y otro lugar del país (ignoro qué importa más, apostaría que el salto temporal y no el espacial).
Cuando mi madre recuerda sus años de Colegio, en Caseros, provincia de Entre Ríos - desde los seis hasta los trece, luego pasó al colegio J.J. de Urquiza en Concepción del Uruguay- su mirada se ilumina.
Cuenta las muchas veces (aprovechando su condición física menuda y bajita, y muy deportista) escapaba del rincón donde la mandaban a orar en penitencia por algo que no entendía, para correr (saltando un alto muro) a la "casa de las monjas" donde había hecho buenas migas con el Cura Párroco y compartía su almuerzo.
Que "si se portaban bien" las llevaban caminando hasta el ahora Museo y en ese tiempo abandonado Palacio Urquiza, donde jugaban en las habitaciones vistiéndose con las ropas que hoy están expuestas en vitrinas y tratando de colocarse peinetones entre las apretadas trenzas.
En ese mismo Palacio pastaban las ovejas cuya lana mi madre hilaba, y hasta hace poco me había pedido una rueca de regalo, cosa que no pude cumplir pero con un sistema sencillo mi padre le hizo una y me enseñó a hilar...recuerda cómo sus profesoras, monjas diplomadas en "algo", venidas de Europa, les hablaban en varios idiomas, y cómo ella que siempre tuvo dificultad con el italiano pasaba horas oyendo óperas a ver si así "se le hacía el oído".
Consiguió una excelente educación musical, ahora de italiano...nada :p
Con semejantes buenos precedentes, más dos amigas que todavía viven (y cada tanto las visita o se hablan por teléfono) ¿cómo dudar de enviar a su hija al mismo lugar? ------------------------
[6] Anónima
"Del colegio recuerdo los amigos pérdidos y aquellos a los que todavía veo en la vida real (tm). Los primeros amores (donde donde andaran, //Las partidas de mus, las horas libres ayudando a la bibliotecaria para poder "robarle" más libros que leer durante esa semana...//Y ya puestos, mi primer recuerdo: un dibujo colectivo muy grande en jardin de infancia, y el disgusto que me llevé porque al ir a darle un retoque final al sol lo emborroné un poco y los demás del grupo se enfadaron. Todavía está por ahí en alguna caja de mudanza ese dibujo...//Definitivamente una buen época."
:) me alegro. Y me vais a perdonar que repita lo dicho en otros comentarios, pero al menos yo no podía pensar en los chicos (que los había en la calle, y podíamos verlos al salir para ensayar actos o a otra actividad fuera del edificio).
Quedaba bien claro para nosotras que los varones - aún el hermano mellizo de mi compañera de banco del secundario - eran monstruos depravados, la encarnación del pecado, todo lo malo y lo feo estaba encerrado en cualquier individuo del sexo masculino que (atención al detalle) fuera mayor de 12 ó 13 años pero menor de 21.
Otro misterio que jamás entendí, ¿el demonio se apodera de los cuerpos masculinos a esa edad y luego los devuelve como hombres maduros y serios en los cuales confiar? (deja de dispersarte, Nfer)
"Nfer: Los comentarios de flickr no se pueden traer acá pero se pueden leer allá pinchando en la foto. Es verdad que son comentarios hermosos :-)"
Así es :) más digo: mbm55 además de comentar en la foto, me preguntó si podía comentar en el blog, pues creía que tenía que loggearse en algún lado.
Le respondí que no moderábamos los comentarios ni pedíamos cosa alguna e incluso podía comentar como "anónimo" o "anónima". aunque como dices, ya dejó su comentario en la foto, y alguien más me dijo que espera tener un minuto libre para comentar aquí :)
[7] Senior citizen, dices:
¡Ay, Anónima, que envidia me das!"
Somos dos...de muchachos, sólo mirarlos de reojito y con mucho cuidado, me atrevo a imaginar que ya teníamos un "chip" en el cerebro que informaba de nuestros pecaminosos pensamientos a las hermanas celadoras.
De filosofía, nada de nada, aunque (todo hay que decirlo) el "nivel" de los programas de las asignaturas era el mejor y apostaría que hoy día "le pasaría el trapo" a muchos en vigencia.
Lo mismo que las personas que dictaban clases. Lo malo era que no podíamos preguntar nada que fuera más allá de lo correcto y establecido.
Para dar un ejemplo, leyendo en clase de Teología (religión, bah) cierta composición, una compañera escribió ¡y leyó! "historietas" de la Biblia por "historias" de la Biblia.
El escándalo fue mayúsculo: la enviaron con la Hermana Directora, llamaron a sus padres y fue severamente castigada por confundir "historietas" (las tiras cómicas) con las Historias de la Sagrada Escritura. Doble castigo porque además teníamos prohibido leer historietas...(las leíamos igual, ¿para qué estaban los hermanos varones sino para robarles las revistas y otras demoníacas actividades indignas de niñas castas, como lecturas o juegos, sean canicas, naipes, los dados o...?)
[8] Anónima, nos dices:
"Tanta que llevo un tiempo llmando a los amigos de entonces para reeditarlas. Nosotros los de entonces ya no somos los mismos pero con algunos si que hemos recaído en charlas de horas arreglando el mundo o discutiendo de libros."
¡Pues sí que es buena idea!.(plas, plas, plas, editar un libro con esas historias podría hacer pensar, al menos en Argentina, a más de cuatro "pedagogos" que tengo atravesados...ay, ese es otro tema. Tenme presente en cuanto salga la primera edición o si necesitas quién haga las pruebas de galera, pues...me ofrezco (espero dar el perfil)
Nosotras nos encontramos en el 30º aniversario de egresadas, y quedamos en que una que había quedado como maestra en el mismo instituto (que ahora ya no tiene como docentes monjas sino laicos y es mixto).
Pero me temo que se ha jubilado y hemos perdido contacto...por eso dejé algunas señales en este comentario: si alguna compañera lee esto, puede que quiera que nos reunamos :)
Lo de hacer un post sobre la diferencia educativo/cultural lo vengo pensando hace rato, pero no entre países sino en mi mispo país, desde que conocí (en la vida real) a la agrupación "Los Sin Techo" .
Y dejo este comentario, puede que no sea disperso pero que largo, es largo...
Una vez superada la puñalada trapera sentimental del amigo Zifra, paso a contestar a Anónima.
a) No era de esperar que, en una carrera de Ciencias, encontraras muchos aficionados a la Filosofía.
b) Arreglar el mundo o discutir de libros ya es otra cosa. A eso es fácil apuntarse.
c) A pesar de que lo mío ha sido siempre, más bien lo de arreglar el mundo, cuando estaba en 5º de Bachillerato, la profesora nos dijo que el libro de texto era demasiado para nuestra edad y nos dió unos apuntes más facilitos. Pero yo me leí aquel libro y la estuve martirizando todo el curso preguntándole lo que no entendía. Ella simulaba estar cansada de mis preguntas, pero yo creo que, en el fondo, le gustaba.
d) Me temo que esto ya lo he contado en algún blog. No se si en este. Si es así, ruego perdón incondicional, dado que la memoria falla a ciertas edades....
Con esta "conversación" sugerida por tu post, me he dado cuenta de que lo del colegio es una de las escasas cosas en las que tuve suerte. Y cuento un adécdota.
Leíamos entonces unas novelitas "rosas" que se llamaban "Mis chicas" (o algo así) Un día, una profesora me cogió pasándole una de ellas a otra compañera en el recreo, nos la quitó y nos citó para la hora de terminar las clases. Entonces, yo le dije que la leyera y que podría comprobar que era completamente "blanca" e inocente. A lo cual nos contestó que, efectivamente, sabía que eran así, pero que no deberíamos leerlas porque ese tipo de lecturas nos daban una visión falsa de la vida, en la que las secretarias se casan con el jefe y las chicas pobres con millonarios.
Y que nuestro horizonte debía ser otro: estudiar, trabajar, valernos por nosotras mismas y no depender de que un hombre nos resuelva la vida. Esto, dicho en un colegio religioso de niñas, en los años 50, no era muy corriente.
La gente del colegio con la que discutía de filosofía era casi toda de ciencias y muchos acabamos siendo ingenieros.
De mis amigos de ahora, el que más intenta hablar de filosofía conmigo, ahora que yo ya me he quitado casi del todo y me dedico a la novela casi en exclusiva, es un físico cuántico. Ya lo decía Sofocador "la física cuántica es una manera de filosofar" en donde Platón y el jardinero.
Siepre he creido que la ciencia y la filosofía no eran materias que estuvieran reñidas.
Y lo de tus libros de "mis chicas" me recuerda a mis clases de primaria leyendo con el libro apoyado en la cajonera de la mesa para que el profe no me viera. No veas el escándalo que me montó el cura una vez que me pilló leyendo en clase de religión un libro que se llamaba "Aventuras en la Jungla" y tenía a una especie de Tarzán saltando con una liana en la portada. El libro era de mi padre de cuando era joven y era también perfectamente apto para menores. Pero el cura aquel hizo ir a mis padres para explicarles que yo leía "libros que eran para chicos". Al final acabé yendo a clase de religión con el cura francés, que había que pagar aparte, porque sin religión de aquella no te convalidaban los estudios del liceo francés.
Y, ¡bingo! yo tuve "Aventuras en la Jungla" y me acuerdo perfectamente de su portada. Es que empecé a leer muy pronto y, cuando se me quedaron pequeños los libros de hadas y los de Elena Fortún, me pasé a los de chicos. Doc Savage, Salgari, y hasta Julio Verne, con lo pesado que era.
Senior Citizen:
"Y que nuestro horizonte debía ser otro: estudiar, trabajar, valernos por nosotras mismas y no depender de que un hombre nos resuelva la vida. Esto, dicho en un colegio religioso de niñas, en los años 50, no era muy corriente."
Debe fallarme mucho la memoria, porque no recuerdo haber oído nada ni remotamente parecido.
Tengo guardado entre la Biblia de tapas blancas con letras y cantos dorados, el rosario "de rosas" que todavía huele a rosas ¿? (pasaron más de 50 años desde que tomé la Primera comunión), un librito sobre la conducta de la niña en el hogar paterno (paterno, no materno).
El libro de las oraciones para los 365 días del año, es su nombre (o similar).
Además del Santoral, tiene una oración para cada día, relacionada con nuestra conducta: un día pidiendo prudencia, otro el don de la Fe, otro la humildad, la modestia, y en letra pequeña el consejo diario: hacer - u omitir - algún acto que nos permita ir domeñando nuestro natural carácter rebelde y así ser niñas presentables en la sociedad, dignas de nuestro esposo y madres ejemplares como lo fue María.
De no ser por el temor a mis pesadillas recurrentes sobre este tema, busco el librito y escaneo una página.
Qué diferencia...
Ellas, las teresianas, eran así. No les gustaba enseñarnos labores de costura, y la hora destinada a eso, siempre ¡que casualidad! tenía que dedicarse a algo muy urgente. Luego, cuando venían a examinarnos las señoritas de la Sección Femenina de la Falange, nos pasaban de contrabando las labores ya hechas para que no nos suspendieran.
Este colegio fue el primero que no impartió lo que se llamaba Cultura General, que era donde se aparcaba a las chicas aprendiendo música, labores, urbanidad, buenos modales, etc. hasta que llegaban a una edad propia de entrar en sociedad a buscar un marido. Allí, o estudiabas Bachillerato....o a la calle.
Mis recuerdos de esa época son recurrentes. El destino quiso que acabara comprando una casa ubicada justo al frente de mi escuela y hoy todas las mañanas al salir para mi oficina, hago el mismo recorrido de aquel niño que arrastrando un pesado portafolios, pisaba las mismas rojas y gastadas baldosas.
Pero hoy, pese a que el edificio sigue igual, presiento que entre sus paredes se cuelan historias diferentes y se construyen futuros disímiles.
Por entonces, habíamos coincidido en esas aulas, alumnos de una clase media progresista y maestras excepcionales si las medimos con los cánones de hoy. Todo un reducto Sesentista (sí, con mayúscula) donde estaba todo abierto a la discusión: Desde la revolución cubana a Los Beatles, desde Cervantes a Cortázar, desde el cultivo de tomates hasta los viajes al la luna.
Algunos más, otros menos, fuimos atrapados por aquella vorágine de optimismo donde podrían hacerse realidad hasta los más locos de los sueños y encontrábamos en los libros respuestas a todas nuestras inquietudes. Si lo miro a la distancia, hoy parece increíble que niños de 10 o 12 años, leyeramos revistas como "Planeta", "Life", "Sur", "Siete Días", "Casa de las Américas" o "Geografía Universal".
Y para muchos, por allí fue donde iniciamos nuestras bibliotecas y se encendió la llama de la curiosidad que nunca se apagó. Esas maestras habían construido una manera de pensar que quedó reflejada fielmente en los personajes que Quino dibujó en Mafalda, casi una compañera de grado por entonces y que a pesar de su desaparición continúa tan vigente como siempre.
Mi pasión por las artes, me apartaba a veces de las tertulias que con mis compañeros hacíamos en la plaza. Yo era "el loco" , el que hablaba de surrealismo y el que ilustraba la pizarra con extraños dibujos alusivos en las fiestas patrias.
Este país que habitamos con Nfer, sufre de un masoquismo recurrente y todo aquello había comenzado a morir, con el tiempo lo supimos, la noche de los bastones largos y esa agonía nos marcó a todos para siempre. Ahora nos toca cuidar al enfermo, que nunca acaba de reponerse porque los médicos no aciertan con el diagnóstico y porque cuando parece querer a volver a caminar, alguien está presto con la zancadilla. Lo peor, es que al pasar frente a mi escuela, no veo en sus aulas nada de aquel espíritu, no hay Mafaldas, Miguelitos, Felipes, ni siquiera Susanitas...en el mejor de los casos...¡sólo Manolitos!
;-D
Me temo que estamos siendo parciales. Sólo los buenos estudiantes tienen buenos recuerdos de sus estudios y, al parecer, los que hemos escrito aquí lo fuimos. Tendría que venir alguien que repitió curso una y otra vez, o alguien a quien expulsaron. Probablemente sus recuerdos no serán tan agradables...
Mi profesora era una bruja, fumaba como una posesa y hacía punto (ese con agujas grandes y curvadas) en clase. Los alumnos eran malos como demonios y ella nos aterrorizaba con su voz de grajo. Por lo demás, bien. Aprendí a leer y escribir que me han sido útiles y lenguaje de signos, que por desgracia he olvidado.
Assar: ¡bien por la bruja esa! consiguió algo más que hacer que aprendas a leer y escribir: consiguió que la recuerdes
;-)
Senior citizen : creo que disiento un poquitín. Buenos recuerdos no van en relación con buenos estudiantes. (esto tampoco tiene relación con lo que le respondo a Assar).
Conocí a alguien que expulsaron, no del Colegio, sino de todos los colegios de la provincia.
Pobre de pobreza absoluta, trabajaba en una cantera durante el día y por la noche consiguió (ya mayor) que lo aceptaran en una escuela para adultos, porque la prohibición no había prescrito.
Terminó el colegio en el nocturno para adultos, siguió estudiando en la Universidad, y las anécdotas de su vida estudiantil (antes de su expulsión) eran interesantes y muy graciosas: tenía muy buenos recuerdos, en particular reía hasta las lágrimas recordando lo que hizo para que lo expulsaran...
Se disculpaba diciendo que la profesora era una dama casada con un alto funcionario -lo que le daba mucho aire- y no le gustaban los alumnos "morochos" como era él.
Por respeto a su memoria no diré qué fue lo que hizo para que lo expulsaran...
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Sofocador: ¡me duele la mano de recordar algo que creía olvidado: el resquebrajado cuero del asa de los pesadísimos portafolios que cargábamos!
En mi caso, fueron dos durante toda mi vida escolar.
Quizá os preguntéis ¿pero cómo si estabas en un Internado? ¡que el Internado ocupa una manzana del tamaño de cuatro cuadras!.
La distancia de las salas de estudio donde guardábamos los útiles hasta las aulas era larga y con al menos dos escaleras.
En verano nos quedaban las palmas rojas de sudor y en invierno adoloridas por los pellizcos del cuero cuarteado de viejo.
El primer "portafolios" era relativamente pequeño (o no hubiera podido cargarlo) porque llevaba un sólo manual, el del grado que cursaba, más el estuche de los lápices (de madera, ¿los conociste, Sofocador, o ya venían de "palástico" en tu época?), más el cuadernito de comunicaciones más el cuaderno de música más el cuaderno "Gordo" donde cada disciplina tenía una sección, con su marcador correspondiente, más algún libro para preparar una "declamación" y el vasito plegadizo para beber el agua, eso era todo.
Pero en el secundario ¡eso sí que podía producir daños en la columna, y quizá los produjo!
Vacío, ya pesaba un quintal o eso me parecía, era de cuero grueso, duro, cosido y reforzado en las costuras, con tres divisiones ¡igual de gruesas las dos piezas de cuero que las formaban!y dos bolsillos con hebillas enormes en la parte de ...adelante, porque esas hebillas podían sacarnos un pedazo de piel de tan toscas eran las terminaciones que les daban.
Con eso anduve de acá para allá ...creo que la humedad terminó con él, o todavía iría como un fantasma negro siguiendo una cohorte de fantasmas idénticos escaleras arriba y abajo de ese Instituto.
En lo otro no coincidimos: si bien la enseñanza era completa y el aprendizaje estaba asegurado (sabían enseñar, de eso no tengo dudas), la discusión no tenía lugar en ningún tema.
Lo que sí, creo que más o menos todos los que aquí estamos hemos sido alumnos curiosos, no diría buenos o malos pues eso dependía más del sistema de la institución que de nosotros (las monjas de costura no sólo nos exigían coser y bordar y guardar los hilos que quitábamos cuando hacíamos vainillas para usarlos cuando hilvanábamos otra cosa sino además debíamos rezar infinitas letanías...).
Ahora que releo me permito reír con el comentario de Senior citizen : Abuelito tenía la colección completa, en francés, de Verne, pero era para los nietos, mujeres, abstenerse, "total no llevarán mi apellido".
Nada como una prohibición...y esos pesados libros se convertían en livianos sólo por ser leídos a escondidas ;-)
Nfer: Es que hay expulsiones y expulsiones. Una cosa es que pongan en la calle a un alumno/a por no coger un libro en varios cursos (que conozco casos), y otra que lo expulsen por una falta de disciplina o por "conducta inmoral". En esto puede haber muchos matices y muchas circunstancias; en lo otro no.
En cuanto al portafolios (nosotras le llamábamos cartera), a los 13 o 14 años ya no la usábamos, pues se consideraba de niñas pequeñas. Así que había que llevar los libros, libretas y plumier en la mano, cosa que a mí- de manos pequeñas- me resultaba bastante difícil y siempre se me estaba cayendo algo.
Sofocador: Mi vasito era igual, aunque rojo y de baquelita (aún no había plástico), pero sólo lo llevábamos a las excursiones al campo, pues en el colegio bebiamos directamente del grifo. De todas formas también te mojabas la cara con el vaso, que se plegaba inesperadamente al posar los labios sobre él....
HOLITASSSSSSSSSSS... COMO ESTAN? NFER, ANONIMUS Y SOFOKIS!! siglos sin venir por aquiiiii
UN PLACER LEER ESTE POST, ME ENCANTO LA CANCION NFER....ME MATO DE AMOR....
QUE TERNURITA!
ABRAZOS Y FELIZ PRIMAVERA / OTOÑO !!!
BESOS CON B DE BURRO Y C DE CARAMELO DE MENTA QUE ES DULCE PERO NO EMPALAGA!
CHIVI
PERDIDA PERO NO MUERTA jjeje
Buenos días. He vuelto de mañana, por ver si los amigos del otro lado del mar habían seguido "mojando la magdalena" mientras yo me iba a la cama pensando en mi vaso plegable rojo-burdeos y en los libros de mi abuelo que llegaron cuando tenía 14 años. Mi padre me señaló cuales no debería leer porque no eran apropiados para mi edad....y, como es lógico, fueron los primeros que leí. Los novios de Manzoni, La Celestina...La verdad es que me resultaron aburridos.
Sofocador: Cuando vengan la señora Nfer o el señor Rodríguez quizá recuerden los libros de Celia, de Elena Fortún. Allí, cuando Matonkiki no quería levantarse por la mañana para ir al colegio, le decían que el calor de la cama era el calor del infierno. Y Matonkiki decía: ...¡Pero que calorcito tan bueno daba el infierno esta mañana!
Senior Citizen,Chivis :
es el momento de presentaros.
Chivis es conocida mía y asidua visitante del blog.
Nos conocemos por interpósita persona, a la que no nombraré pero siempre la recuerda con afecto y respeto, pero nos conocimos en un foro donde discutíamos temas ambientalistas ...luego pasamos a temas personales fuera del foro y mantuvimos una sólida amistad.
Lo demás, huelga en este comentario, y el tono en que comenta Chivis esconde una persona maravillosa y rica en virtudes, al igual que Senior Citizen mantiene un tono prudente y acorde con el blog...¡pues Chivistiene su modo propio, que no quita ni añade ...o dicho de otra manera, Anónima y yo estamos contentas de tenerla de vuelta por acá, ya que es comentarista de tiempos viejos
:http://comentaristasdispersas.blogspot.com/2005/08/saartxe-selaropmet-senoisnemid-ne-enu.html
miércoles, agosto 31, 2005
sañartxe selaropmet senoisnemid ne enu son eten al
... hace años conocí a una persona en un Foro.
Coincidimos en muchos temas.
Luego pasamos a la etapa de mails privados, para concluir hace un tiempo que...somos paisanas entrerrianas, tenemos amigos en común y hasta hoy seguimos en contacto, en una versión como la que posteó Lola ("sentido inverso") pero en la vida nética-real: también hicimos el camino "al revés" .
Mi amiga no quiere "dar su cara" pero aún así yo la presento "oficialmente" : es Chivita, como suele figurar en los comentarios, cada vez más entusiasmada con las virtudes de este medio (tal vez por conocer este blog, ejem:-)
Es que la telaraña además de cubrir todo el mundo, nos mueve en varias dimensiones...
Les dejo el "avatar" de Chivita, Chivi o como le cante la gana ese día.;-)
Lamento no saber cómo decirle a ella que puede hacerse su avatar...si alguien sabe, aquí dos entrerrianas, agradecidas.
Recuerdo sentarme en el suelo, entre la silla de la maestra y su estantería, a leer todo lo que me diese, mientras el resto de la clase aprendía. Contribuyó a mi patosidad social pero en aquel momento me lo pasé en grande.