«Dios perdona siempre,
el hombre perdona a veces,
pero la naturaleza no perdona nunca.
Si se va contra ella, se venga»"
Lo que voy a contar sucedió, y lo que no voy a contar, es porque no sé lo que sucedió.
Que es lo que me motiva a escribir este post.
El sábado por la mañana, cuando caminaba por lo que llamamos "Avenida Costanera" (la avenida paralela al río), tomé asiento en un banco bajo la fresca sombra de los enormes árboles.
Ahí fue cuando oí piar un pajarillo...
Al pie del árbol que me daba sombra estaba el pajarillo: un pichón de tacuarita azul.
No estaba solo: alrededor revoloteaban dos adultos...deduje que había caído del nido.
Era un pichón con plumaje completo, hermoso.
Me acerqué muy despacio hasta que casi lo podía tocar ¿y porqué no? lo tomé en mi mano.
Lo muestra de un sólo lado. Del lado contrario tenía el muñón del ala: no había sido producto de una herida sino que nació así.
Lo primero que se me ocurrió ¡fue ¡llevarlo a casa!
¿Qué mejor que una jaula amplia, cuidados diarios, seguridad ante enemigos naturales, para quien nació imposibilitado de valerse por sí mismo?
Lo segundo fue ...pensar.
¿Pero de dónde me surgió el sentimiento de protegerle encerrándole? Mientras tanto, los padres seguían revoloteando y chillando, y el polluelo piando.
Fue todo tan rápido...
Tomé conciencia que no podía jugar a ser dios, maga o santa, y lo dejé en un hueco del árbol donde había visto estaba el nido.
Lo que sucedió fue que abandonó el hueco y empezó a trepar hacia donde el nido, a donde llegó en menos de lo que podría haber imaginado.
Mientras me escribo esto me pregunto: ¿hice bien? ¿hice mal? y a la vez me respondo: ni bien ni mal. La Naturaleza es indiferente.
Pudo ser que yo me sintiera protectora y gracias a mí el pichón viviría feliz, pero eso según los códigos sociales humanos...que no siempre son acertados.
En algunos momentos, todos necesitamos protección. En otros, la protección es una forma de sentirnos superiores...
O recordamos que somos todos iguales, y que la desigualdad puede llevar a la muerte, (con esto me estoy saliendo de la anécdota para pasar a un tema tan viejo como discutido e irresuelto), o nuestros "semejantes" nunca serán semejantes.
Como las dos alas del pichón. Han de tener igual desarrollo, o el desarrollo completo de una de ellas no suple la atrofia de la otra.
Lo que espero y deseo con todas mis fuerzas es que la amiga Nfer no pase un día por el árbol del nido y encuentre el pajarito muerto, medio devorado por un gato.
Don Califórido y doña Califórida estaban preocupados. Había comenzado el verano y las lluvias no llegaban a Santa Fe. Su numerosa prole de Califoriditos comenzaba a tener hambre. Todos los días don Califórido asomaba su regordeta cabeza y miraba al cielo. Ni una nube.
La tierra estaba seca y el sol era implacable. Necesitaban la humedad para sobrevivir y conseguir alimento.
De pronto, una tarde calurosa, un pajarillo cayó muerto casi sobre sus cabezas, ¡estaban salvados! ¡Qué maravillosa providencia había ocurrido! Un verdadero milagro, y si bien al pajarillo le faltaba un ala,igual alcanzaría para todos.
Si, Nfer, la Naturaleza es indiferente. Pero sabia.
Me pregunto que ocurrirá cuando el pajarito sea adulto. ¿Lo abandonarán los padres a pesar de su incapacidad? ¿Morirá de hambre en su nido sin poder buscarse el sustento?
Si es así, la Naturaleza no es indiferente, sino cruel.
Qué bueno, esto está empezando a tener vida propia...
lightime: recuerdo la discusión sobre vegetarianos o no vegetarianos y cómo fue derivando.
Coincido contigo en que la naturaleza es, y nosotros creamos _dentro de ella_ un universo con nuestras propias leyes, que suelen darse de patadas con las de la Naturaleza.
Eue no las llama "Leyes" ni están escritas, eso también es invención cultural nuestra.
Senior citizen: de haber pasado hoy, ya no quedarían huellas (salvo que haya puesto un chip en la patita del pichón....): dos días ¡y fin de semana! bastan para borrar toda huella que hubiera podido dejar el gato...
Si, a la inversa, hubiera encontrado en lugar de un pichón casi adulto que no supo volar, hubiera encontrado los restos de la merienda de un gato, hubiera pasado sin prestar atención. El establecer vínculo emocional con el pichón al tenerlo en la mano y verle trepar al nido, me hizo dudar...que es lo que traté de expresar. Veremos.
En cuanto a qué harán los padres, si todos los otros dejaron el nido (con dos alas sanas, y volaron a vivir en forma independiente, o morir, que tener un desarrollo "normal" no es escudo contra predadores naturales), es probable que lo abandonen: el "costo" de mantenerlo supera el beneficio de buscar otro lugar donde anidar, empollar los huevos y criar una nueva camada.
Para nosotros es cruel, indiferente, sabia...según sea cómo lo miremos.
Queda definir "sabiduría" y las acepciones de la RAE distan de ser aplicadas a la naturaleza.
Sospechaba que Sofocador decantaría por un relato como el que nos ha regalado.
Sin acritud, hago notar que el relato habla de un pajarillo que cae a tiempo para paliar el hambre de una familia y es tomado como un milagro. Milagro, por definición...
(dejo acá, a ver quién recoge el guante) ;-)
Sí, el mismo deseo de protección tengo yo con respecto a este barco que nos pertenece ¡A devolvernos nuestra plata, que para algo os la quitamos!
¡Hay que proteger a ese barco de los expoliadores argentinos!
¡A la guerra!
Assar-dispersador-mayor-del-reino: otra vez no financiaré una guerra con mis impuestos. O vais a enfrentaros con los muchachos que te presenta Sofocador, o con estos dos, que en la foto ya vemos cómo están dispuestos a dialogar
Anónima , me has hecho acordar de una planta común en las peceras: la
Vallisneria spiralis
Los libros sobre plantas acuáticas y/o los que dedicados a la cría y mantenimiento de peces en peceras, dicen de ella
"que su nombre científico es Vallisneria spiralis, su Nombre común o vulgar: Vallisneria (familia Hydrocharitaceae).
Género de plantas muy presentes en los acuarios, debido tanto a su atractivo como a su resistencia y excelente adaptación a distintas calidades y temperaturas del agua.
Planta oxigenadora de estanques y acuarios.
Muy buena planta para estanques en las zonas profundas.
Hojas extremadamente largas que dependiendo de la espacie pueden medir entre 20 y 300 cm. Cuando llega a la superficie sigue creciendo flotando las hojas.
Son de las más indicadas para cubrir de penumbra la parte trasera del tanque."
Información quizá incompleta, pero muy útil para tener una pecera o pequeño acuario en casa y disfrutar de su belleza.
De la misma planta, otro texto nos da una imagen muy distinta:
"" La vallisneria es una hierba bastante insignificante que no tiene nada de la gracia extraña del nenúfar o de ciertas cabelleras submarinas. Pero se diría que la naturaleza se ha complacido en poner en ella una hermosa idea. Toda la existencia de la pequeña planta transcurre en el fondo del agua, en una especie de semisueño, hasta la hora nupcial en que aspira a una vida nueva. Entonces la flor hembra desarrolla lentamente la larga espiral de su pedúnculo, sube, emerge, domina y se abre en la superficie del estanque. De un tronco vecino, las flores masculinas que la vislumbran a través del agua iluminada por el sol se elevan a su vez, llenas de esperanza, hacia la que se balancea, las espera y las llama en un mundo mágico. Pero a medio camino se sienten bruscamente retenidas: su tallo, manantial de vida, es demasiado corto; no alcanzarán jamás la mansión de luz, la única en que puede realizarse la unión de los estambres y del pistilo. ¿Hay en la naturaleza una inadvertencia o prueba más cruel? ¡Imaginaos el drama de ese deseo, lo inaccesible que se toca, la fatalidad transparente, lo imposible sin obstáculo visible!. "
...El autor de este texto es Maurice Maeterlinck.
Su relación con el Pájaro azul, la inteligencia o sabiduría o crueldad de la naturaleza y este post y comentario, son pura coincidencia
;-)
En las grandes albercas de la Alhambra y en las pequeñas de los cármenes del Albayzín, flotan las hojas y flores de nenúfar, mientras, debajo, nadan peces de colores. Jamás se juntan, pues el nenúfar busca en la superficie la luz y el sol, pero los peces tienen que permanecer en el agua. ¿Quien nos asegura que no quisieran estar unidos y que se ven condenados a sólo rozarse?
