Anónima y yo teníamos (¿tenemos?) la costumbre de dispersarnos por la nete participando en las más variadas discusiones.
Así nos conocimos, hace muchos…muchos comentarios (de verdad, no niego mi edad, es que no recuerdo cuál fue mi primer comentario, pero fue en un blog de Blogalia ).
Dado el hecho real de la diferencia horaria, mis comentarios aparecían luego de los de Anónima, lo que hizo que alguien nos animara a crear nuestro propio blog.
Nuestros primeros pasos los dimos en otro sitio, probando y reprobando hasta que le pillamos el tranco.
Luego ¡nos mudamos a Blogalia!
La mudanza fue en el año 2005, y desde entonces hemos escrito sobre los temas más variados, algunos muy serios, otros serios y otros…otros.
Hasta donde sé, yo, Nfer, soy la única persona “de este lado del charco” en Blogalia.
Es mi deber, como también un orgullo, decir que me sentí parte de Blogalia todo el tiempo.
Hoy día las redes acaparan la atención y tenemos menos parroquianos, lo que no quita que nos guste pasar por aquí cada tanto, al contrario, ya estábamos sufriendo “síndrome de carencia dispersa”.
Por lo que decidí escribir estas líneas.
Para desear un muy feliz cumpleaños a Anónima, y dejarle un regalito virtual: una foto.
Una foto que tomé pensando utilizarla en un blog, que va a ser que es éste.
Ella, Anónima, sabe qué significa.
El significado algo que dejo en suspenso ¡es ella quien dirá, o no dirá, lo que representa!
Incluso puede que no represente cosa alguna.
Vale, que una foto dice más que mil palabras. Basta.
Feliz cumpleaños, Anónima.
Feliz cumpleaños, Amiga.
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